En agosto he hecho un pequeño paréntesis en mis vacaciones para facilitar una jornada de Coaching comercial en Girona.
En la sesión de Girona ante un equipo de unas cuarenta personas trabajamos temas importantes.
Muchas veces me encuentro con equipos comerciales que quieren una solución mágica a su problema “quiero vender más” y es cuando suelo contar mi propia historia, el cómo he llegado hasta aquí.
En esa historia (si has leído Vendedor Ninja ya la conoces) doy a entender que no existen recetas mágicas y si la hay, esta es la de aprender e implementar, aprender e implementar, una y otra vez. Necesitas aprender nuevas cosas y poner en práctica. No hay más. Unas te funcionarán a la primera, otras no (quizás la mayoría, todos necesitamos un tiempo para digerir la información nueva e incorporarla a nuestra manera de hacer las cosas sin ser conscientes de ello).
Y cuando sabes esto lo demás, depende de ti. Desgraciadamente tu genética, tus vivencias, tus personas de referencia y tu lenguaje determinan qué creencias tienes y por tanto que acción tomas y por tanto qué resultados tienes.
Así, aunque la gente que me encontré en Girona era un equipo 1000% enchufado a la acción y 1000% con las orejas abiertas ávidos de cualquier detalle que les permitieran progresar en su carrera profesional, quise recalcar que todo es cuestión de actitud.
La actitud lo determina casi todo. Podrías tener el mejor producto pero sin la actitud adecuada ese producto no se venderá (hoy en día ni la Coca Cola se vende sola). Sin embargo con un producto normal pero con una actitud adecuada, podrías buscar la manera de darle salida y buscar la oportunidad.
Es por ello la importancia de desarrollar habilidades de coaching comercial en la empresa tanto por el director comercial, jefe de ventas o líder de equipo como por los asesores comerciales.
Formarse hoy en día a través de un curso ventas es sencillo. Yo de hecho he creado uno por si quieres que te enseñe cómo lo hago yo.
Nunca había estado antes en Girona y francamente aluciné. Ya sabes que yo soy de Alicante y si bien es cierto que en el centro y norte de la provincia tenemos bosques no es así más en la costa y sur que es por donde yo me muevo más. Y te digo esto porque tan sólo estar llegando a Girona y ver desde el tren montañas inmensas e infinitas de bosque y más bosque fue algo que no podía dejar de mirar y contemplar.
La ciudad no es para menos. Tuve la suerte de que Xevi Jubany me acompañó y me enseño el casco antiguo a la vez que me explicaba los detalles históricos más interesantes.
Por supuesto que besé el culo de la Leona. Hay una pequeña escultura de una leona en Girona y se dice que el que besa el culo de la leona vuelve a Girona. No me lo pensé dos veces. Quiero volver a Girona.
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