Esta semana he tenido la suerte de que el destino me llevara hasta Pamplona a impartir un curso de ventas, concretamente, una formación en la que hemos trabajado la Venta por Valor.
Todas las empresas venden y la cuestión es por qué unas son capaces de vender a precios más altos que otras y con mayor facilidad.
En primer lugar, lo que se trabaja y lo que hemos trabajado en Pamplona es las creencias. Puede resultar difícil de creer, pero el 80% de tu éxito depende del lenguaje que utilizas contigo mismo. Si eres de los que se dicen cosas como “no se puede vender más si somos más caros” o “ni yo mismo pagaría lo que cuestan nuestros productos”, ten por seguro que así va a ser. Es por eso que en primer lugar en mis cursos de venta por valor trabajamos las creencias para ser conscientes de cómo cierto pensamiento está frenando el objetivo que nosotros queremos conseguir.
Hay personas que son más emocionales y le dan mucha importancia al tema de las creencias. Hay otras que son más racionales y quieren prioritariamente tácticas y estrategias para poner en marcha.
Me sucedió una cosa curiosa. Una de las asistentes a la formación, cuando estábamos trabajando las creencias me decía resumidamente “Vale, pero si no me dices la técnica no podré vender por valor”. Cuando le enseñé la técnica de ventas paso a paso me dijo “Ya, pero esto es muy difícil” (creencia que te impide avanzar y poner en marcha nuevas técnicas).
Esto es un ejemplo de cómo sin unas creencias del tipo “Podemos vender más”, “Nuestro producto/servicio es bueno”, “podemos conseguir cualquier cosa” etc… el cambio no sucederá jamás.
En segundo lugar trabajamos el propósito de la empresa, la historia emocional, nuestras capacidades y logros conseguidos con el fin de poder comunicar empatizando con el cliente y crear un ambiente de confianza absoluta.
A continuación, se trabaja el cómo comunicamos para vender nuestro producto. En la mayoría de casos, encuentro que las empresas (de muy buena fe) hacen un listado de características del producto y no un listado de lo que realmente nos vale que es un listado de beneficios emocionales para nuestro cliente.
Y en cuarto y último lugar lo ponemos todo junto y fijamos un plan de acción el con el fin de que la empresa, tras unos días tenga en su poder un argumentario con una estructura persuasiva tal que le permita transmitir el valor de sus productos/servicios más allá del precio.
Nunca antes había estado en Pamplona y sólo puedo decir que me fascinó desde el primer minuto. Una ciudad con una historia, arquitectura, folklore… absolutamente espectacular, y con unas personas cálidas, atentas, serviciales, amables…
Me encantó pasear por el casco antiguo, contemplar el ayuntamiento de Pamplona con esas estatuas gigantescas y espectaculares en lo alto de su fachada, la muralla de la ciudad, la Plaza del Castillo…
Habiéndome tratado así sólo puedo decir que volveré y me pregunto… ¿será en Pamplona mi próximo curso de venta por valor?
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