El mundo de las ventas supone muchas decepciones en el día a día. Es por ello que muchos se preguntan como motivarse a uno mismo para conseguir esa energía interior que nos ayuda a superar cualquier obstáculo.
Todos tenemos una línea de vida. Ahora nos encontramos en el momento presente atrás quedó nuestro pasado y delante de nosotros está nuestro futuro. Si yo te preguntará qué quieres ser de mayor quizás me podrías decir que no lo sabes; ahora bien, seguro que sí que me sabes contestar a qué es lo que no quieres ser. Lo que sabemos con certeza es lo que no queremos que nos ocurra. Lo normal en todo ser humano es saber lo que nos gusta y lo que no nos gusta y también sí pensamos en el pasado lo normal es ver lo que nos gustó o lo que no nos gustó. Sin embargo la incógnita sobre nuestro futuro puede permanecer. No solemos tener muy claro lo que deseamos.
Desde niño nos enseñaron matemáticas, leyes de la naturaleza, ciencias sociales… Fuimos al colegio y nos atiborraron de información para luego vomitarla en un examen. Muchos conocimientos pero pocas habilidades. A mí me dijeron que tenía que trabajar muy duro. Me dijeron que tenía que sacrificarme y aceptar el destino. Y cuántas veces me han dicho que soñar despierto es una pérdida de tiempo. Si te haces planes de futuro y estos son los mejores que tu imaginación puede concebir habrá gente que te diga que esos es construir castillos en el aire. Y es una pena que haya personas que te digan eso porque la única manera de conseguir tus metas sean cuáles sean es soñar y mejor aún poner una fecha límite para cumplir tu sueño y ponerse hoy a trabajar para conseguirlo. Que te vaya mejor o peor en el futuro va a depender de tus creencias instaladas en tu mente. Así tu crees, así vas a construir tu vida. Puede parecer ciencia ficción, o superstición pero no es así.
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Qué hay que hacer para estar motivados
La motivación, por decirlo de una forma coloquial, es el motivo que te hace saltar de la cama cada mañana sin ningún tipo de pereza. Es tu gasolina.
Lo primero que tenemos que hacer para estar motivados es tomar consciencia de lugar a dónde estamos y del lugar a donde queremos estar. Todas las personas vivimos en una zona que se llama zona de confort. Nuestra zona de confort está delimitada por las cosas que dominamos y con las que nos sentimos seguros. Es decir, mismos clientes, mismas llamadas, mismas acciones realizadas en la empresa, etc. Todos estamos acostumbrados a ciertas cosas sean estas buenas o malas. Por ejemplo si ganamos 1000 € al mes y para nosotros eso es malo porque desearíamos ganar el doble eso es vivir en nuestra zona de confort, al fin y al cabo nos encontramos a gusto o por lo menos sin preocupaciones adicionales en nuestra cabeza cuándo todos los meses recibimos nuestra nómina de 1000 €. Nuestra zona de confort es lo que conocemos. Que trabajes 11 horas al día es tu zona de confort porque es lo que conoces. Que el fin de semana salgas con la bici, es tu zona de confort, lo que conoces. Tus hábitos, habilidades, actitudes, aptitudes, relaciones, son parte de tu zona de confort.
Hay una zona que se llama zona de aprendizaje. Esa es tu zona qué amplía tu visión del mundo. Tú amplías tu visión del mundo cuando aprender nuevas habilidades como un nuevo idioma a conoces un nuevo país conoces nuevas personas conoces nuevas maneras de hacer las cosas en tu negocio… En definitiva cuándo recibes información fresca que modifica tus hábitos o tú perspectiva del mundo. Hay personas a las que esto nos apasiona y por eso cada día hacemos por aprender algo nuevo. Sin embargo el 90% de la población está cómoda en su zona de confort. Salir de ella lo consideran una insensatez. Estas personas dirían » los experimentos en casa y con gaseosa» o » más vale pájaro en mano que ciento volando» (es la herencia de nuestro maravilloso refranero español).
Y todavía más lejos de la zona de aprendizaje está lo que se llama la zona de pánico también llamada la zona de no experiencia. Hay personas que no quieren que transites esta zona de no experiencia y habitualmente estas personas son aquellas que nunca salen de su zona de confort, decir, el 90% de la gente que te rodea. Son las personas que te dicen » te saldrá mal» » no funcionará» » te estás equivocando» » tengo un amigo de un amigo de un primo mío que hizo lo mismo que tú estás haciendo ahora y le salió mal». La pregunta es y ¿si me sale bien?.
Solo las personas que consideramos la zona de pánico como una zona mágica (dónde sucede la magia) dónde nos pueden suceder cosas maravillosas y lo pensamos así porque nunca hemos explorado por estos caminos. Observa el comentario de esta publicación de facebook cuando me hago una foto con una cosa que tiene forma de moneda y que tiene una especie de B impresa.
Las personas que intentan evitar que transitas por la zona mágica son personas que piensan que no hay marcha atrás. Si sales a la zona de pánico nunca más vas a poder volver a la zona de confort y esto es rotundamente falso. Lo que sucede cuando tú caminas por tu zona de pánico, por caminos inexplorados, es que al mismo tiempo estás aprendiendo y estás haciendo habitual lo que antes no era algo habitual. Es decir, estás expandiendo tu zona de confort. Cambiar no significa perder lo que ya tenías si no desarrollarte como persona. Hay gente que esto lo llamaría miedo a lo desconocido sin embargo en realidad esto es miedo a perder lo que tienes o a perder lo que eres.
Tensión emocional y tensión creativa
Existen dos tipos de fuerza llamadas tensión emocional y tensión creativa. La tensión emocional te tirará hacia el pasado, hacia tu zona de confort será la que te dirá «ten cuidado». La tensión creativa es la que te empuja hacia el futuro, tu zona de pánico fuera de tu zona de confort. Y de aquí sale una pregunta muy interesante que le hago a mis clientes cuando se trata de hacer cosas diferentes en su empresa:«¿ qué pesa más tus miedos o tus sueños?». En otras palabras le estoy preguntando que qué tensión es más fuerte la emocional o la creativa. En realidad la pregunta correcta sería «¿ qué es más fuerte tus miedos o tu motivación?»
Sí la tensión emocional es más fuerte que la tensión creativa eso significa que tus miedos son más fuertes que tú motivación y en este caso tendrás que trabajar tus miedos. Miedo al qué dirán, miedo al ridículo, miedo a fallar.
Si hay algo que te puedo decir es que tú eres el protagonista de tu vida. Y no te lo digo por decir. Por propia experiencia. A mí me echaron de mi trabajo de un día para otro en el año 2011. Decidí ser emprendedor aquel momento tenía una fuerza que me empujaba a emprender y esa fuerza era el no volver a una empresa a recibir órdenes de nadie. Y también tenía miedos. Tenía miedo de no conseguir lo suficiente dinero para pagar mi hipoteca, tenía miedo de que me quitarán la casa, a veces me imaginaba la situación quitándome la casa y viviendo en casa de algún familiar. ¿Sabes qué? Ninguna de esa situación se hizo realidad. Sin embargo ni en el mejor de mis sueños pensaba que iba a escribir dos libros, que ambos se convertirían en best seller en Amazon y que ganaría por hora trabajada lo que muchos considerarían un premio de lotería.
Ten en cuenta una cosa. Construye tu futuro o ayudas a otros a construir el suyo. No hay más. Si gestionas correctamente tus miedos eso hará que aumente tu autoestima y eso hará a su vez que veas la realidad con otros ojos y la veas plagada de oportunidades. Tienes que buscar un «para qué» que te motive. Después de esto tienes que comparar el lugar donde estás con el lugar donde quieres llegar. Cuando hagas esto te sentirás quizás pequeño. Esto es bueno, tomando conciencia de lo que te falta por aprender. Para mantener tu tensión creativa tendrás que pensar siempre que lo mejor está por venir. Y ese escenario o vida mejor la tienes que tener clara cristalina en tu mente. Por eso hacer un ejercicio de visión, es decir, imaginando con todo lujo de detalles cómo te ves de aquí a 5 o 10 años es algo crucial que tienes que hacer para estar motivado. Cuándo destierres esos miedos infundados que no existen en la realidad sino que solamente existen en tu cabeza habrá llegado el momento en que te pongas manos a la obra y que dejes atrás tu zona de confort. Experimentarás así lo que yo experimento día a día, el placer de aprender algo nuevo cada día saliendo de mi zona de confort a diario.
También quiero que sepas una cosa. Te equivocaras. No existen recetas mágicas que te lleven al exito sea lo que sea para ti éxito. Lo que sí que te puedo decir es que de debes tomarte cada equivocación con un aprendizaje y utilizarlo para volver a hacer las cosas pero de manera diferente de esta manera estás avanzando hacia tus sueños.
Cómo motivarse uno mismo
Posiblemente habrás experimentado que hay días en los que te sientes con ganas de hacer miles de cosas y otros días que sencillamente no te levantarías de la cama. A veces esa motivación desaparece y los días se vuelven pesados y a veces piensas que lo que haces no tiene sentido, es tirar la toalla. Por qué pasamos de un estado de optimismo otro de pesimismo y qué podemos hacer para auto motivarnos.
Tu cerebro reptiliano que es tu cerebro más primitivo, busca tu placer instantáneo, comodidad y es el que te guía para que siempre hagas lo más fácil o lo que menos energía te vaya a suponer. Por eso siempre vas a trabajar conduciendo por las mismas calles, porque las conoces y porque sabes que a esa hora y por ese lugar que tú frecuentas, no hay tanto tráfico y vas a llegar pronto al trabajo. La gente que le falta motivación es porque está cediendo ante la presión que ejerce el cerebro reptiliano por conseguir un placer instantáneo.
Tipos de motivación: motivación extrínseca e intrínseca
Existen dos tipos de motivación. Una motivación que se llama extrínseca y está provocada por motivaciones externas a nosotros. Y otra motivación que se llama intrínseca que es aquella que surge desde nuestro interior. Nosotros hemos crecido a través de la motivación extrínseca ya sea positiva recibiendo un beneficio cuando hacemos algo o negativa intentando escapar del castigo. Cuando éramos pequeños y se acaba vamos buenas notas, nos portábamos vamos bien, los Reyes Magos nos traigan muchos regalos. En el colegio queríamos sacarnos buenas notas para parecer inteligentes, ser admirados, en definitiva para no sentirnos diferentes a la manada. Y al revés también. No queríamos sacarnos malas notas o portarnos mal para no ser castigados. Nuestra motivación para hacer bien las cosas era 100% extrínseca porque surgía desde el exterior.
Hoy en día seguimos trabajando bajo ese mismo esquema. Queremos hacer un buen trabajo para recibir la aprobación social, buenos ingresos, buenas relaciones, buenas cosas materiales… Esta forma de buscar motivación es sin embargo muy superficial. Lo que queremos es una motivación sólida y eficiente que surja desde nuestro interior. Fíjate, hay personas que hoy se compran el coche de la gama más alta sin embargo a los pocos meses ya lo quieren cambiar. Buscan algo en la compra de objetos externos que les motiva artificialmente durante unos pocos meses. Es por ello que hay personas que aunque tengan todos los bienes materiales del mundo sienten que su vida no tiene sentido y están desmotivados. Lo externo a nosotros es inconsistente. Lo único que podemos controlar es nuestro interior. Una motivación interna bien trabajada puede alimentarnos para toda nuestra vida. En ese momento tenemos acceso a la verdadera motivación.
Si vives una situación de desmotivación es que posiblemente dependes de una motivación externa en lugar de una motivación interna. Para dejar de ser adicto a las recompensas vas a tener que adentrarte en ti mismo y hacerte esta pregunta «¿para qué?». Con qué objetivo haces todas tus acciones. Cuál es tu propósito. Cuál es la razón poderosa que te quema en el interior y hace que te levantes de la cama a las 6 de la mañana con un salto. Este es el primer paso para buscar una motivación intrínseca. Por lo general las personas no tenemos un propósito claro. Por eso la motivación aparece y al poco tiempo desaparece porque no hemos parado a pensar cuál es nuestro propósito y no estamos acostumbrados a generar una visión futura de como queremos que sea nuestra vida qué es lo que nos hace levantarnos de la cama con un cohete en el culo con el fin de llegar a ese oasis imaginado.
Posiblemente hay un proyecto que quieres poner en marcha, cierto dinero al mes que quieres cobrar, cierto coche que te quieres comprar, pero por algún motivo hay algo, alguna circunstancia, que te impide avanzar es por eso por lo que surge la desmotivación. Este momento vivimos una circunstancia qué provoca una discordancia entre lo que quiero y las acciones que estoy poniendo en marcha para conseguir lo que yo quiero conseguir.
La motivación intrínseca que tenemos algunas personas la hemos conseguido uniendo dos elementos. En primer lugar tu propósito: Qué quieres conseguir en tu vida. En segundo lugar tus acciones. Tú propósito es una brújula que te dice dónde está el norte pero son tus acciones las que te acercan o alejan de ese norte. Por eso es tremendamente importante que en primer lugar sepas a qué lugar te diriges, a propósito en la vida, qué te hace levantarte de la cama. Y en segundo lugar que día a día sin desfallecer tomes acción.
A mí, por ejemplo, me hace saltar de la cama el placer que recibo al ayudar a otras personas. En segundo lugar el placer que me supone aprender a diario ya que mi trabajo de Formador y mentor en ventas me hace estar en cientos de empresas con cientos de profesionales y de cada uno de ellos aprendo algo. En tercer lugar me hace saltar de la cama el ver que poco a poco estoy consiguiendo una vida en la que soy útil, soy libre, disfruto y además me pagan por ello.
Puede ser que no sepas lo que quieres en la vida. Si es ese tu caso tu búsqueda tiene que empezar de inmediato. De lo contrario no podrás establecer contacto con tu verdadera motivación. Si no sabes a qué lugar te diriges no hay nada que te empujé hoy a tomar acción para dirigirte a ese lugar porque no sabes cuál es.
El ser humano está diseñado para conseguir objetivos. Estamos diseñados para descubrir y actuar. Está en nuestra sangre consecuencia de cientos de miles de años de evolución. La motivación será el impulso que te ayudará a dirigirte a ese lugar dónde quieres llegar. Si no existe ese lugar idílico en tu mente entonces no habrá motivación.
La sociedad nos empuja a conseguir sexo, dinero, estatus, fama y confort sin embargo la motivación está relacionada a tu identidad más profunda. Descubre tu para qué y diseña tu vida en relación a tu propósito.
Como verás no hay grandes secretos pero los pocos que hay aquí los tienes.
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