Muy buenas…
Si hay algo importante que le digo a mis clientes con respecto a las objeciones (y te lo digo ahora a ti) es que a partir de las vas a amar. Sí. Porque cuantas más objeciones te saca un cliente quiero que sepas… que más probabilidades tienes de vender.
Sí. Lo chungo sería tener una conversación de ventas con tu prospecto y que éste se quedara mudo sin decir nada. Ahora, si te pone «trabas», es que por lo menos tiene interés ¿no crees?
Existen varias maneras de tratar las objeciones que te ponen tus prospectos pero hoy te voy a enseñar 5:
1. La primera forma de tratarlas es contando una historia: cuando un cliente te dice por ejemplo «me parece demasiado pesado» (por ejemplo) tú le puedes contar una historia: «Sí, muchos de mis ahora clientes así lo pensaban al principio. Uno de ellos pensaba que iba a estar con dolor de brazo todo el día pero… ¿sabes lo que pasó cuando llevaba usándolo 10 minutos? que se dio cuenta de que el peso le ayudaba a tener mejor control. Al final… se llevó dos». Esta es una posible manera.
2. Aislar la objeción para saber si hay algo más detrás de lo que te dice el prospecto. Por ejemplo alguien te dice «No tengo dinero» y tú, que te tienes que haber preparado varias preguntas para cada objeción para saber si hay algo más. Por ejemplo le puedes decir «¿A parte del del dinero hay algún otro motivo por el cual no se decide?» o si esta la ves muy agresiva y tienes la sensación de que te va a tirar la tablet a la cabeza puedes usar la siguiente
3. Solucionar el problema: decir «Si el presupuesto no fuera un problema ¿estaría dispuesto a hacer una prueba?» Es decir, consiste en que el prospecto se imagine que no existe el problema que le impide comprar. En ese caso ¿compraría?
4. Reduce el riesgo: si el prospecto te dice «el precio es demasiado alto» se le puede contestar «Entiendo que consideres el precio. Quizás puedas dar un paso algo más pequeño. ¿qué te parece si sólo das una pequeña señal y cuando veas las bondades del producto lo vas pagado poco a poco durante 5 meses?»
5. Ser irrazonable es otra manera de hacer frente a las objeciones. Si te gusta el deporte de riesgo esta es la tuya. Consiste en decirle cosas al prospecto que un principio parece irrazonable. «Lo siento, pero no tengo tiempo de ir a tu seminario» a lo que le podríamos responder «bien, ¿qué te parece si contratamos a un asistente que te ayude en tu día a día y así tu puedes venir al seminario?»…
¿Qué te parecen?
Bien, aquí te las dejo para que las uses como consideres. Ya sabes… comparte tus resultados y si quieres decir cualquier cosa soy todo oídos.
Un saludo!
COMMENTS