Los asistentes a alguno de mis talleres siempre quieren más y claro… cuando trabajamos la fórmula para escribir una carta o email que incita al prospecto a tomar acción inmediatamente me preguntan: «Bien Josué, pero ahora que tenemos el email escrito ¿Cómo hacemos que lo abran?
Aquí tienes una sencilla fórmula que te puede ayudar. Es la que utilizo yo y me supone una tasa de apertura del casi 50%. Muchísimo. Teniendo en cuenta que los ratios suelen estar entre el 20 y el 40%.
Recuérdala: I=B+C
Lo cual significa que el (I)nterés de la persona es igual al (B)eneficio + la (C)uriosidad
Te pongo algunos ejemplos:
«Vientre plano con sólo 2 ejercicios que nadie te quiere contar»: Guau. Por fin vientre plano y ahora que llega el veranito… mejor. Pero además ¿Qué será lo que nadie me quiere contar? Voy a verlo.
«Cómo hacer clientes en Linkedin dedicándole 30 minutos al día»: Lo mismo. Más clientes (beneficio) y ¿sólo con 30 minutos al día? Voy a verlo.
Hay muchas maneras de añadir curiosidad por ejemplo:
– Añadir algo contradictorio como por ejemplo «Más recortes no significan menos servicios» (Este «Asunto» hizo que la persona abriera el email y dos años más tarde se convirtió en cliente)
– Añadir un ranking: «Las 5 principales razones por las que no vendes lo suficiente»
– Atacar a la emoción: «3 maneras de sabotearte y que harán que nunca alcances tus objetivos»
– Relacionarlo con eventos o noticias que están ocurriendo: «Cómo retrasar el reloj una hora y llegar pronto a todos los sitios» (esto relacionado con el cambio horario)
– Pon el nombre de algún experto en tu sector: «Esto me dijo Pepito Pérez sobre…»
– Admite tus errores: «Mandé una carta sin estructura y perdí 6.334€ en 3 meses»
Ahora te toca a ti escribir un gran asunto que haga que tus emails se abran. Siéntate delante de un email en blanco y ataca a los beneficios y échale una pizca de curiosidad.
Espero que te sirva.
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