Tú ya no necesitas un maldito curso de motivación

Tú ya no necesitas un maldito curso de motivación

No hace mucho que lo pensaba.

Llevo en mi negocio de consultoría y formación trabajando para mi mismo 3 años. Han sido unos años de auténtico despegue, de retarme a mi mismo una y otra vez, de pasarlo mal en ocasiones pero durante la gran mayoría del tiempo de disfrutar. Disfrutar en el ascenso, disfrutar del día a día, disfrutar aprendiendo, disfrutar de los errores cometidos… y con todo esto, evolucionando: tengo clientes de manera continua sin (casi) tener que salir yo a buscarlos, vendo online mis servicios, me llaman para dar conferencias… vamos el negocio o la persona que muchos se imaginan ser en uno tras otro curso motivacional al que se apuntan.

Los conozco. Personas que quieren tener un negocio propio próspero, ser reconocidos, tener clientes, cobrar lo que les dé la gana dando el servicio y dedicándose a lo que les apasiona… pero con los ojos tapados se encuentran en el camino equivocado apuntándose a uno tras otro curso de motivación en el que esperan encontrar el remedio milagroso para: conseguir la prosperidad económica, la buena marcha de sus negocios, el amor eterno, o lo que sea.

 

Nacen como churros. Los neogurús motivadores. Esos que te dicen y te hacen gritar «¡yo soy un gran comunicador!» «¡¡yo soy un gran lider!!» aunque no seas capaz de motivar ni a tu perro ni comunicar eficazmente la lista de la compra a tu mujer. El caso es que vas a unas de estas sesiones… y tal y como he podido comprobar, la gente sale eufórica. Realmente se creen grandes comunicadores después de haber asistido a la charlita de una hora «el comunicador de oro». El problema es que esa motivación no nace de dentro, sino que es provocada no dura mucho: el globo se deshincha pronto.

Y realmente siento una gran pena. En primer lugar porque creo que están jugando con las ilusiones de esas personas. No hay nada como ser realista, autoanalizarse y poder decir «No soy un gran comunicador». Sólo así sientas las bases para poder aprender y llegar a serlo algún día si trabajas duro. En segundo lugar porque en ese estado de euforia corres el riesgo de ponerte ante 30 o 40 personas y hacer el peor de los ridículos como he visto en alguna ocasión. Es decir, la hostia puede ser minina.

Pero lo que está claro es que hoy en día la gente busca «algo». No sé, quizás, evadirse de los problemas, avanzar en sus negocios, vender más… y cada X tiempo se apuntan a un taller que les motiva, que les pone las pilas, llevándoles a un estado de euforia capaz de hacerles sacar la tarjeta de crédito para pagar el curso de dentro de dos semanas que siempre es más caro que el curso pagado anterior.

Y quizás este tipo de formaciones tienen gran éxito por lo siguiente: primero, el nivel de exigencia es bajísimo, es decir, son fáciles, el reto que te ponen delante de tus narices es fácilmente asumible por cualquier persona… en definitiva, cómodo y ¿a quién no le gustaría cambiar sin dolor de manera cómoda? A todos, pero desgraciadamente, el cambio es «doloroso» y el camino al éxito o a la meta que tú te quieras fijar requiere «sacrificios». El segundo motivo por el cual en mi opinión tienen éxito estos eventos es que parecen que funcionan: te apuntas a un taller de estos, te sucede algo bueno durante la semana y te crees que es porque fuiste al taller el viernes pasado. Ya sabes que para tener resultados diferentes tienes que hacer algo diferente así que hacer que a la gente le sucedan cosas diferentes es bastante fácil, sólo hay que proponerles hacer algo que no hayan hecho hasta la fecha. Esto también lo he visto pensar a personas de mi entorno. Sin comentarios.

Hace poco se lo decía a un conocido que me decía «Me he apuntado a otro curso de XXXXXXXX» a lo que yo le respondí «os están sacando la pasta y no os estáis dando cuenta» y el se rió y me dijo «je je sí».

No necesitas más motivación ni cursos de baja exigencia que te hacen sentir como lo que no eres. Lo que necesitas es acción ordenada, masiva y orientada a resultados. Necesitas una estrategia y accionar un proceso CONCRETO para conseguir tus objetivos.

Necesitas reconocer que hace 4 meses que no vendes nada, reconocer que quizás tienes que cambiar tu servicio, tu manera de comunicar, tu mercado, tu precio… es decir, todo no depende de ti y por muy motivado que estés te vas a seguir dando contra la pared.

No necesitas más motivación inyectada en vena. La motivación debe salir de ti de manera natural consecuencia de ver cómo consigues resultados y avanzas poco a poco con un plan de acciones concretas, con una estrategia concreta, con tácticas que dan resultados.

Haz recuento de cuánto has invertido en estas formaciones y cuánto has recuperado. Y piensa si no podrías haber conseguir esos objetivos sin haber invertido ese dinero… la verdad es que el secreto del éxito es la acción masiva ordenada y concreta.

Y lo que no quiero decir con todo esto es que no haya que motivar a las personas. Está bien estar motivado y que nos motiven, es necesario para ponernos en acción. De lo que hablo en este post son los eventos 100% motivacionales, esos que cuando sales te preguntas «¿Qué he aprendido?» y la respuesta es…. «…..». Pero que conste, evento donde se aprenden cosas concretas, estrategias, tácticas para tu empresa o negocio… y además el ponente nos motiva para ponernos en marcha ¡bienvenidos sean!.

Toma acción masiva y ordenada y empieza a hacer realidad el negocio que siempre has querido tener: Click aquí.

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